Cuando trabajo casos de ansiedad por separación en Mallorca, mi objetivo es simple: que tu perro pueda quedarse tranquilo en casa y que tú recuperes tu rutina sin culpa. Llevo más de 23 años lidiando con este problema (es de lo más recurrente que veo) y utilizo un método moderno, basado en ciencia y sin castigos. No hacemos “diez mil” sesiones eternas: con un plan claro y constancia, avanzamos rápido. Lo importante no es complicarlo, sino hacer lo que importa de forma consistente.
¿Cómo sé si mi perro tiene ansiedad por separación? (síntomas reales)
La ansiedad por separación no es “maldad” ni “capricho”: es miedo y estrés cuando el perro se queda solo o incluso cuando anticipa que vas a salir. Los signos más habituales que evalúo en la primera visita son:
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Vocalizaciones: ladridos, aullidos o gemidos persistentes tras tu salida.
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Deterioros: puertas, marcos, sofás o persianas mordidos; la zona de acceso suele delatarlo.
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Eliminaciones: micción/defecación en interiores pese a estar entrenado.
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Hiperactividad y shadowing: te sigue como una sombra, dificultad para relajarse.
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Síntomas físicos: salivación excesiva, jadeo, temblores, incluso auto-lesiones leves.
En Mallorca veo un patrón frecuente: pisos con paredes finas y normas de comunidad generan presión extra (“los vecinos se quejan”), lo que lleva a estrategias que no ayudan (regaños, castigos o esconder daños). Te acompaño para gestionar también esa parte social: avisos cordiales al vecindario, planificación de horarios y un plan de mejora que minimiza el ruido desde el día 1.
Algo clave que utilizo a menudo es el vídeo del momento de tu salida: me permite ver si el problema es ansiedad real, aburrimiento o una mezcla. Con ese material afinamos el plan y evitamos perder tiempo. Muchas veces, con un análisis de 10–15 minutos de vídeo detecto un umbral concreto (el segundo exacto en que “se rompe”) y eso acelera todo el proceso.
Causas típicas en entornos urbanos y viviendas vacacionales de Mallorca
En nuestras islas, la vida va por picos: temporada alta, visitas, mudanzas, alquileres vacacionales… Todo esto impacta en la rutina del perro. Las causas más frecuentes que encuentro son:
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Hiperapego: perros que dependen demasiado de una persona concreta.
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Cambios de entorno o rutina: mudarse de barrio, obras, nuevos horarios o teletrabajo que pasa a presencial.
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Historia previa: adopciones recientes, refugios, separaciones anteriores, periodos de aislamiento.
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Estímulos del edificio: ascensores, portazos, eco en escaleras y vecinos pasando por el rellano.
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Falta de descanso y enriquecimiento: un perro que no descansa ni canaliza energía está más vulnerable.
No hay una “culpa” única; es un cóctel. La buena noticia es que se puede reeducar. En mi experiencia, cuando el plan se ajusta al umbral real del perro y a tu rutina (no a “la teoría perfecta”), todo fluye. Por ejemplo, con un caso reciente en Palma descubrimos que el detonante no era tu salida sino el sonido del bombín: trabajamos desensibilización a la llave antes de tocar las ausencias largas y los avances se duplicaron.
Evaluación profesional: qué reviso en la primera sesión + uso de vídeo
La evaluación es el 50% del éxito. En la primera sesión hago:
Historia del caso: edad, rutinas, salud, momentos del día con más dificultad, intentos previos (lo que funcionó y lo que no).Checklist de entorno: descansos, enriquecimiento, paseos olfativos, zonas de calma, gestión de persianas/ruidos.
Análisis de señales: qué pasa los primeros 5–10 minutos de la ausencia (suelo pedirte un vídeo); aquí aparecen los “micro-gatillos”: postura, respiración, mirada a la puerta, primeras vocalizaciones.
Umbrales: identifico el punto exacto en el que tu perro deja de estar cómodo y lo uso como guía del plan.
Recursos y expectativas: acordamos un nivel de compromiso realista. Yo prefiero tareas sencillas pero bien hechas a planes imposibles.
Las capacidades del perro en cuanto a su estimulación: Esto nos ayuda a evaluar qué cosas podemos integrar y añadir, para que el proceso sea mucho mas rápido.
El seguimiento por vídeo nos permite abaratar y acortar el proceso. Te pido clips cortos semanales; los reviso, te marco ajustes y evitamos sesiones presenciales innecesarias. En mi caso, esto nos ha permitido reducir el número de clases y, a la vez, mejorar la precisión del entrenamiento. Es como tener un GPS en vez de un mapa dibujado a mano.
Plan paso a paso (moderno y basado en ciencia)
Trabajo con desensibilización sistemática y contracondicionamiento, ajustando el estímulo (tu ausencia) a una intensidad que el perro pueda manejar. En la práctica, nuestro plan se ve así:
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Rutina previa neutra: nada de despedidas largas ni rituales de “drama”; buscamos calma.
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Construcción de alone time: entrenos muy cortos, al principio sub-umbrales (segundos), y refuerzo de conductas de relajación (settle, respiración lenta, masticación calmante).
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Señales de salida troceadas: llaves, bolso, zapatos, abrir/cerrar puerta… desgranamos cada señal y la neutralizamos.
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Gestión del entorno: bloqueo visual del rellano si hace falta, white noise, enriquecimiento adecuado (alfombras olfativas, licking mats, mordedores).
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Subidas de criterio milimétricas: cuando el vídeo muestra estabilidad, aumentamos. Si hay recaída, retrocedemos solo un paso, no tiramos el plan.
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Plan anti-ruido para comunidad: prevención mientras trabajamos (horarios, puertas blandas, avisos amables).
Mi forma de trabajar evita castigos y prioriza el aprendizaje real. En palabras que repito mucho: no necesitas cosas complicadas; necesitas constancia con lo importante. Con este enfoque, y dependiendo del caso, avanzamos sin cadenas infinitas de sesiones. Hay perros que, con un plan bien diseñado, en pocas semanas ya toleran ausencias funcionales.
Modalidades y precios: presencial en Palma y online para toda la isla
Trabajo presencial en Palma y alrededores y online para toda Mallorca (el formato mixto funciona especialmente bien en ansiedad por separación). Típicamente:
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Evaluación inicial: recogemos historia, vemos vídeo, definimos umbral y plan 1ª semana.
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Pack corto de sesiones: 3–5 encuentros espaciados + revisión por vídeo semanal (incluida).
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Soporte entre sesiones: feedback ágil y ajustes cuando el vídeo muestra que podemos subir criterio.
Gracias a las revisiones en remoto solemos reducir el número de clases, lo que hace que el coste total sea más accesible sin perder calidad. Si tu agenda es apretada, adaptamos los entrenos a ventanas pequeñas (5–10 minutos de práctica bien medida valen más que una hora de “prueba y error”). También tengo en cuenta contextos comunes aquí: turnos de hostelería, temporada alta, cambios de piso o flatshares.
Si necesitas factura, coordinación con veterinario o informe para comunidad de vecinos, lo preparo. El objetivo es que todo esté claro, práctico y sostenible para tu día a día.
Casos reales y resultados: de ladridos y destrozos a quedarse tranquilo
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“Kira”, Palma: joven adoptada que destrozaba el marco de la puerta. Detectamos que el sonido de las llaves disparaba el pico. Intervenimos primero las señales (llaves/abrigo) con desensibilización y reforzadores calmantes; a la 3ª semana ya toleraba 15–20 minutos sin vocalizar.
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“Bono”, Calvià: perro con shadowing intenso. Ajustamos descanso diurno y paseos olfativos; entrenos diarios de 5–7 minutos y revisión de vídeo cada 4–5 días. En un mes pasó de quejas continuas a quedarse en settle con persiana a media altura.
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“Luna”, Inca: quejas vecinales por aullidos. Pactamos con la comunidad un plan informado con tiempos; trabajamos white noise y salidas graduadas. A las seis semanas las quejas cesaron.
Lo que se repite en todos los casos es el mismo patrón: evaluación afinada + constancia sencilla > soluciones mágicas. Y sí, en mi experiencia, menos sesiones pero mejor enfocadas dan resultados más rápidos y más baratos.
Consejos rápidos para hoy (mientras llega la sesión)
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Evita los castigos: aumentan el estrés y empeoran el pronóstico.
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Corta el drama: salidas y llegadas neutras; cinco minutos antes, baja la interacción.
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Masticación y olfato: licking mats, alfombras olfativas, mordedores seguros; ayudan a bajar pulsaciones.
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Gestión del entorno: reduce visión de puerta/escalera; música o white noise suave puede tapar detonantes.
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Registra en vídeo los primeros 5–10 minutos de salida. Ese clip vale oro para ajustar el plan.
PREGUNTAS FRECUENTES


