Perro que tira de la correa y problemas en el paseo: paseos más tranquilos para todos

Perro que tira de la correa y problemas en el paseo: paseos más tranquilos para todos

Si tu perro tira de la correa, te arrastra, se bloquea o el paseo se ha convertido en algo estresante, no estás solo. Es uno de los problemas más frecuentes que veo en mi trabajo diario en Mallorca. Llevo más de 23 años dedicado a la educación y modificación de conducta canina, trabajando con perros de todo tipo de edades, historias y niveles de “energía”.

Mi enfoque es moderno, basado en ciencia y sin herramientas de castigo: nada de collares de ahogo, de púas ni descargas, ni métodos intimidatorios. Buscamos paseos más tranquilos y agradables para los dos, sin que el perro obedezca por miedo, sino porque entiende mejor qué se espera de él y se siente más equilibrado.

No trabajo con “trucos rápidos” ni recetas milagrosas, pero tampoco con cadenas eternas de sesiones. Prefiero una buena valoración inicial, pautas claras y un plan que se adapte de verdad a tu realidad de familia.

¿Qué considero “problemas en el paseo”?

No solo es “tirar de la correa”. Cuando hablo de problemas en el paseo me refiero, por ejemplo, a:

  • Tira constantemente hacia delante, te arrastra o vas “esquiando” detrás.

  • Va cruzándose, cambiando de lado, muy pendiente de todo menos de ti.

  • Se bloquea, se sienta o se tumba y no quiere avanzar en ciertos puntos.

  • Ladra, se abalanza o se tensa mucho al ver a otros perros, personas, bicis, patinetes…

  • Va tan pasado de vueltas que no escucha nada y volvéis a casa más cansados mentalmente que físicamente.

  • Tú vas en tensión, pendiente de no caer, de que no se lance o de que no se os echen encima.

Nada de esto significa que tengas “mal perro” ni que tú lo estés haciendo todo mal. Significa que hay algo en la mezcla perro–persona–entorno que no está bien ajustado y que se puede trabajar.

¿Por qué un perro tira de la correa? (visión general)

En mi forma de entender el comportamiento canino, tirar de la correa no es un “vicio” ni una cuestión de “querer mandar”. Suelo encontrar una combinación de factores, entre ellos:

  • Emoción alta: excitación, estrés, frustración, ganas de llegar a algo o escapar de algo.

  • Aprendizajes previos: lleva meses o años practicando tirar… y funcionando; si tirando consigue avanzar, ese comportamiento se refuerza.

  • Falta de estimulación adecuada: si el resto del día le falta actividad física, mental u olfativa, el paseo se convierte en la única vía de escape.

  • Material poco funcional: correas muy cortas, collares incómodos, manejo a tirones… dificultan una comunicación fluida.

  • Miedos o inseguridades: en algunos casos no tira “por feliz”, sino porque está incómodo con el entorno.

Mi objetivo no es solo que deje de tirar, sino entender por qué está ocurriendo y trabajar sobre la raíz del problema, no solo sobre el síntoma.

Cómo trabajo los casos de perro que tira de la correa

1. Primera toma de contacto

Empezamos siempre con una primera conversación por teléfono, WhatsApp o email. Ahí me explicas qué está pasando en los paseos y qué es lo que más te preocupa. Si decidimos empezar a trabajar juntos, te envío un cuestionario de preevaluación muy completo.

En ese cuestionario vemos:

  • Rutinas diarias del perro (paseos, descansos, juego, comidas…).

  • Entorno en el que vivís.

  • Material que usas (arnés, correa, etc.).

  • Situaciones concretas en las que el paseo se complica.

Gracias a esta información llego a la primera sesión con una idea clara del caso y no perdemos tiempo ni dinero en hacer preguntas que puedes responder tranquilo desde casa. Es casi como “ahorrarse una sesión”.

2. Valoración inicial en tu entorno y paseo juntos

La sesión de valoración inicial se hace siempre donde vive el perro: en tu casa y alrededores. Ahí es donde realmente se ven la mayoría de problemas y donde el perro está más cómodo para mostrar cómo es su día a día.

En esa sesión:

  • Observo cómo se comporta en casa, cómo interactúa con la familia y qué cosas pueden estar influyendo en el paseo.

  • Salimos a hacer un paseo real, como los que haces tú cada día, para ver:

    • Cómo sujetas la correa y manejas las situaciones.

    • Cómo responde el perro a otros perros, personas, ruidos, tráfico, etc.

    • Qué detalles del entorno o de tu manejo disparan los problemas.

El paseo es una parte fundamental de mi método: me permite ver en directo lo que está pasando y empezar a mostrarte formas distintas de manejar las mismas situaciones, pero en el contexto real donde ocurren.

3. Explicación de cambios y diseño del plan

La valoración inicial suele durar unas dos horas como mínimo. Es una sesión larga porque ahí es donde sentamos las bases. Durante ese tiempo:

  • Te explico qué está pasando con tu perro y por qué tira, reacciona o se bloquea.

  • Revisamos juntos rutinas, manejo y nivel de estimulación, no solo la correa.

  • Te propongo cambios concretos en la convivencia y en la manera de pasear.

  • Te enseño ejercicios y pautas adaptadas a vuestro caso, para que sepas qué hacer a partir de ese mismo día.

Para que no se quede todo en “lo que recuerdas” de la sesión, tienes la opción de recibir después un dossier escrito con:

  • Resumen de lo que hemos visto.

  • Pautas importantes y cambios recomendados.

  • Ideas de actividades y estimulación que pueden ayudar a tu perro.

El objetivo es que tengas un plan claro y fácil de consultar, sin agobios.

Qué cosas solemos trabajar en estos casos

Sin entrar en protocolos cerrados (cada perro y cada familia son diferentes), en muchos casos de problemas en el paseo trabajamos:

  • Calma y gestión de la emoción: si el perro sale ya “a mil”, es difícil que pueda pasear sin tirar.

  • Autocontrol y toma de decisiones más adecuadas: que pueda pensar un poco más y reaccionar un poco menos.

  • Trabajo de olfato y estimulación mental: para que el paseo no sea solo “andar rápido”, sino una experiencia más rica y equilibrada.

  • Juego estructurado: enseñar a jugar de forma que, incluso en momentos de excitación, haya pautas y comunicación, no solo descontrol.

  • Material y manejo respetuoso: solemos trabajar con arnés y correas de longitud media (2–3 metros) para permitir más movimiento y comunicación, evitando collares de castigo, ahogo, púas o descargas.

Siempre desde el respeto, sin dolor ni miedo, y adaptando lo que te propongo a tu realidad: no es lo mismo una persona que pasea por ciudad a las 7:00 antes del trabajo que alguien que camina por el campo con horarios más flexibles.

Número de sesiones y seguimiento

Mi planteamiento habitual es:

  • Primera gran sesión de valoración y pautas (en tu casa y haciendo paseo).

  • A partir de ahí, en muchos casos esa sesión es suficiente si os implicáis con las pautas. Aproximadamente en un 80 % de los casos, con esa base y un buen seguimiento, se ven mejoras claras.

Si el caso lo requiere:

  • Podemos programar sesiones adicionales sueltas, espaciadas varias semanas, para revisar avances, ajustar pautas y seguir afinando el trabajo.

  • Entre sesiones, ofrezco seguimiento por teléfono, WhatsApp, email y vídeo:

    • Puedes preguntarme dudas.

    • Puedes enviarme vídeos de paseos o situaciones concretas para ver juntos si el manejo y las pautas se están aplicando bien.

Esto permite:

  • Reducir el número de sesiones presenciales.

  • Hacer el proceso más económico sin perder eficacia.

  • Ajustar detalles sobre la marcha sin tener que “esperar a la próxima cita”.

Casos típicos

Algunos ejemplos de lo que suelo encontrar en este tipo de servicio:

  • “Milo”, perro joven que arrastra a su guía
    En casa era tranquilo, pero al salir a la calle se convertía en un torbellino. En la valoración vimos un nivel de excitación muy alto, poca estimulación mental y un manejo de correa muy tenso. Ajustando rutinas, añadiendo trabajos de calma y cambiando la manera de manejar la correa, los paseos pasaron de ser una lucha constante a algo mucho más llevadero para los dos.

  • “Rufa”, perra que se bloqueaba en ciertas calles
    No era un problema de “cabezonería”, sino de inseguridad en determinadas zonas. Trabajamos primero la parte emocional y la seguridad de la perra, además del manejo del paseo. Con pequeños cambios y un ritmo adaptado a ella, dejó de tirarse al suelo y empezó a caminar más tranquila.

  • “Neo”, perro que explotaba al ver otros perros
    El síntoma eran los tirones y los ladridos, pero la raíz estaba en una mezcla de mala experiencia previa y gestión complicada de los encuentros. Una vez entendimos qué le pasaba de verdad y la familia ajustó manejo, rutinas y expectativas, los paseos dejaron de ser “campo de batalla” y se convirtieron en algo más previsible y manejable.

Preguntas frecuentes sobre el servicio “El perro tira de la correa y problemas en el paseo”
¿Solo trabajas casos “graves” de reactividad, o también si “solo tira”?
Trabajo desde perros que “solo tiran” hasta casos más complejos con reactividad fuerte. Lo importante no es si el caso es “grave” o no, sino cómo os afecta en el día a día y qué necesitáis cambiar.
¿Cuántas sesiones hacen falta para que deje de tirar?
No hay un número fijo. En muchos casos, una buena sesión inicial con pautas claras y un seguimiento por vídeo y mensajes ya marca un antes y un después. En otros, dependiendo de la historia del perro y de la implicación de la familia, podemos necesitar algún encuentro más.
¿Trabajas con collares de ahogo, púas o descargas si el caso es muy complicado?
No. Mi forma de trabajar excluye esas herramientas. Uso material respetuoso (arnés, correas adecuadas) y me centro en cambiar emociones, aprendizajes y manejo, no en generar dolor o miedo.
¿Sirve de algo si mi perro ya es adulto?
Sí. Trabajo con perros jóvenes, adultos y mayores. La edad influye, pero lo que marca la diferencia es la constancia con las pautas y la coherencia en el día a día.
¿Cómo empezamos?
Puedes escribirme por WhatsApp, email o llamarme. Te contaré cómo trabajo, te enviaré el cuestionario de preevaluación y, si vemos que este servicio encaja con vuestra situación, agendaremos la primera sesión en tu casa y paseo para empezar a cambiar las cosas desde donde realmente ocurren.

Si sientes que los paseos con tu perro en Mallorca se han convertido en una fuente de estrés, podemos valorarlo juntos con calma, sin juicios, y con un plan realista para que volver a salir a la calle sea un momento de disfrute para los dos.

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